
La historia no se queda entre las paredes. A diario la sepultan entre detenidxs desaparecidxs, entre muertxs de guerras, entre inmoladxs, entre sidosxs, entre hambruna e injusticias. Nos hacen olvidarla con ese cuentito de que HOY estamos haciendo historia, y me avergüenzo día a día por ser parte del circo y parte de la nada muerta en vida que mataría por ser cada día más mierda su propia historia. La historia no se queda paralizada en su discurso ideal o el entregado por quienes creen hacer la historia que mueve al mundo –ese narcisismo de los personajes que nos otorgaron el descubrimiento, la conquista, la “independencia”… y toda la seguidilla de hechos catastróficos para nuestra sangre-. La historia no es una princesa de cuento que termina algún día feliz y para siempre, por favor, ya no la subestimen más; vino ella a nuestras vidas a dejar su legado más horrible de esta humanidad: nuestra vida. La historia no es prostituta cara quien vive de lujos y banalidades, esa es la historia que nos metieron hasta por la oreja para dar gracias luego, de lo que ahora somos –queda a su imaginación-. La historia está en todas partes, en todos los rincones donde haya un poquito de aire porque hay un ser vivo –vivo hueón!-… y en las escuelas nos enseñan a detestarla con su maquinaria numérica de fechas, años, nombres irrepetibles –otros que se repitieron asquerosamente-, en hacer memorizar lo hechos que a mi bien poco me importan, solo me recuerdan que gracias ellxs hoy estamos como estamos. La historia, señorxs, se merece algo más que encerrarla en libros, en dictarla como verdad… hay que dejarla ser en su androginismo natural, en que todxs tenemos algo que contar, y somos tan valiosxs como decir “las mujeres y lxs niñxs primero”… contemos lo que tengamos que contar, que nadie nos puede decir cuál es nuestra realidad.
Así mismo, aunque destruyan Santa María, el obrero, la mujer pampina, lxs niñxs sin culpa, lxs abuelxs enfermxs; penarán durante toda nuestra ensangrentada miseria de país. Porque ellxs sí tienen voz, y por mucho que la quieran enmudecer, es algo que ya no pueden borrar de la existencia; aunque lo intentaron y lo maquinearon como quisieron, esa historia aparece en algunos “por qué’s” de niñxs, y la respuesta es irremediablemente real, no un antiguo cuento de borrachxs. Acá nadie la sabrá contar, pero se sabe, se cuenta, lo comentan algunxs: mataron a millares de personas que solo pedían dignidad –pedir dignidad… suena patético, pero lamentablemente en esa época y hoy hay que pedirla, no viene incluido en el pack “persona”-. Les mataron porque estorbaban, porque hacían ruido, porque eran pobres, porque olían mal, porque tenían malas costumbres… los mataron por ser personas. Y así pienso, porque no se matan estxs hijo’e puta!... verdad que nunca han sido personas.
Esta historia es irreunciable, mientras haya alguien que sepa de esto y las otras catástrofes contra pobres, no se dejará de contar. Jamás!. Mientras YO no olvide, no quedará como antigua leyenda. Esa es la historia que yo no quiero olvidar, esa es la historia que yo no voy a perdonar... esta es la historia que yo voy a contar hasta el último día de mi vida!
Así mismo, aunque destruyan Santa María, el obrero, la mujer pampina, lxs niñxs sin culpa, lxs abuelxs enfermxs; penarán durante toda nuestra ensangrentada miseria de país. Porque ellxs sí tienen voz, y por mucho que la quieran enmudecer, es algo que ya no pueden borrar de la existencia; aunque lo intentaron y lo maquinearon como quisieron, esa historia aparece en algunos “por qué’s” de niñxs, y la respuesta es irremediablemente real, no un antiguo cuento de borrachxs. Acá nadie la sabrá contar, pero se sabe, se cuenta, lo comentan algunxs: mataron a millares de personas que solo pedían dignidad –pedir dignidad… suena patético, pero lamentablemente en esa época y hoy hay que pedirla, no viene incluido en el pack “persona”-. Les mataron porque estorbaban, porque hacían ruido, porque eran pobres, porque olían mal, porque tenían malas costumbres… los mataron por ser personas. Y así pienso, porque no se matan estxs hijo’e puta!... verdad que nunca han sido personas.
Esta historia es irreunciable, mientras haya alguien que sepa de esto y las otras catástrofes contra pobres, no se dejará de contar. Jamás!. Mientras YO no olvide, no quedará como antigua leyenda. Esa es la historia que yo no quiero olvidar, esa es la historia que yo no voy a perdonar... esta es la historia que yo voy a contar hasta el último día de mi vida!
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