Intimamente lo esperaba, te esperaba, lo esperaba de tí.
Pensé que sería más tarde, cuando ya fueramos nada, y que la vida no tuviera forma alguna de juntarnos... y apelaba un poco a la voluntad de querer saber del otro. Sin embargo, hoy también es voluntad.
Despertando este domingo caluroso me estremeciste, me congelaste, me suspendiste en el aire de sensaciones y sentimientos vanales; de egocentrísmo que en estos días me vienen persiguiendo... y recordar que hay gente a la que quiero y admiro que pasa por alto esas tonterías. Fuiste hoy una sorpresa hermosa, una emoción escondida que enterré por vergüenza, nunca fue odio, y agradezco tanto saber que para tí tampoco lo era. Lo entiendo, o creo enterderlo, todo... y me hinchaste de gracia. Que no termine tan luego la tregua
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario