No puedo hacer más que reconocer que en mí no ha muerto.
Ahora es un tiempo prudente de reconocerlo, de no evadir, aunque me muera desangrada.
Lo quiero, lo amo, lo extraño, lo odio, me emputece, pero todo eso se traduce en amor.
No lo niego más, quizás así sea más fácil que se muera, que se vaya de mi.
No quiero pensar que serán años tratando de olvidarlo.
No quiero pensar que en la desesperación cometa el error de pretender querer a alguien y comprometerme por arrancarlo sin superarlo.
Lo amo... no volveré a mentirme... así será más fácil... y tal vez sea yo quien me muera, pero ese caso sería el mejor.
(No soy mártir de mi amor, soy mártir de mi error)
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