Te conocí a mis cortos cinco años.
Entre llantos de adultos te vi destruir mi mundo infantil sin que notara que más me aferraba a la idea de odiarte hasta que me toque a mí, hasta que me lleves a mí a tus eternos dolores.
Infectaste cada uno de mis recuerdos de amor, cuando era lo más hermoso ver llegar a mi papá con un cigarrillo en la mano y todo significaba calor.
Has aparecido intermintente y lejano en mi vida, otra vez, con la misma reticencia de siempre, porque juro que te odio más que a nada. Volviste pero aun así no te merecías ninguna ofrenda de mi adentro.
Te llevaste una niñez, que luchó hasta el fin con la última esperanza en un disparo de aliento... te lo llevaste sin pensar en todo el odio que siguías produciendo, maldita existencia!
Hoy me atormentas otra vez, después de que te conocí a mis cinco años, apareces como si nada más que precisamente tú pudiera pasar en estas putas y miserables vidas! Eres tan malditamente predecible que nadie nunca quiere mirarte esa asquerosidad que tienes por cara: la muerte. Maldito seas!! maldito, maldito, maldito!! Desde que entendí tu nombre te odio!! Desde que rompías esperanzas en mi madre que te odio maldito!!... y ahora vuelves, a darle ese dolor, dejanos en paz!! Que nos masacren otros, pero tú no maldita porquería de los infiernos vuelve por donde viniste y no vuelvas más... no infectes más, no destruyas más... muerete como matas a la gente, muere, desaparece... muere
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