Y me tratas como ese bendito regalo que nunca dejas
Y me evitas como el último manjar que se debe probar, para no ensuciarlo
Y yo quiero, antes que la vida siga avanzando, volver a estar sobre ti cantando tu alaridos por horas y horas extensas... regálame una noche, por el bien de ambos
jueves, 15 de diciembre de 2011
Suscribirse a:
Entradas (Atom)