Es hoy cuando me decido a escribir nuevamente los perdones propios. Pero ya con una sensación diferente en mi cuerpo... con el dolor propio de ser siempre como he sido, y con los ojos hinchados porque ya no más, aunque sea otra vez, ya no más.
Hoy, justo hoy, se me presenta el error más profundo que ha perseguido mi vida. Mi vida oculta, mi vida paralela, la que nadie conoce. Mi mente oscura y mis deseos imperdonables. Casi como una intención propia de la vida de ponerme en paralelo a tus errores. En que tú y yo, Felipe, estamos unidos por el constante devenir de no lograr jamás la misión.
Nadie me conoce lo suficiente, y en ese nadie me incluyo. Soy errante, errónea... y hoy vuelvo a serlo. Nadie sabe cual ha sido mi más profundo error que persigue mi vida, ni siquiera Felipe que creo es una de las personas que mejor me conoce... aunque solo conoce mi forma, no mi fondo.
Hoy me siento de cuerpo inservible, de corazón emarañado de fracasos, de alma en pena y de mente sin conclusiones. Me siento desnuda frente a mi misma. Te he criticado toda mi vida Felipe, desde que te conocí; olvidando mi vida, mi vida oscura que no conoces, pero que está en mi concienca más que nunca. No sabes cuanto te entiendo con tus constantes caídas. Y sí, hoy te entiendo, hace unos días te odié; hoy te entiendo porque nuevamente, y por justicia de la vida, tuve que enfrentarme a mí nuevamente, después de tanto tiempo de haberme ocultado, de haberme pretendido olvidar mis errores. Acá estoy... no vacía, pero sí consternada por como la vida se encarga de decirme que todo lo que hago se me devuelve con un gran escupitajo en la cara, de forma irremediable.
"Quién mal obra, bien no espere"
Es constante, es latente, es doliente... y sentía que te representaba tanto. Que ese dicho tenía tu nombre. Y yo? este egoismo enfermo me hacía evadir mi oscuridad. Sin embargo soy tan errante como tú... solo que en este caso me enfrentaba yo sola con mi conciencia, y a esa es fácil evadirla y dejarse estar. Hoy veo que todo lo que ha sucedio entre nosotros, es también porque yo he errado siempre. Y la vida dificil se paga con castigos dificiles.
"Afirman que las cosas que yo digo están mal, como si ellos no tuvieran esos oscuros pensamientos cuando están solos" Me enfrento a mi misma. Porque no queda de otra. Estoy sola en esto... bueno, ni tanto. Pero es tan real... es tan real que ha habido toda mi vida una oscuridad. Y te la reprochaba a tí, solo por el sentido de hacerte culpable de mis errores... errores que ni siquiera te imaginas.
Esto no es a propósito de una despedida romántica en letras. Solo un testimonio de que hoy soy un monstruo. Que entiendo tu vida ya con desapego... y que realmente me debo hacer cargo de la mía sola, sin evadir en reflejarme en tus errores y reprochártelos constantemente. Ya no queda nada entre nos, solo quiero retratar y recordarme como la vida se ha encargado de que la persona que más he amado me haya hecho sufrir como yo he hecho sufrir a quienes más amo y me aman.
Me siento en la nada... en blanco. Que éstas lágrimas sean mis últimos reproches, que mañana sea un día gigante de tomar mi vida en mis manos como la abandoné a tan corta edad. Que desde ese punto empieza mi propia construcción, y que el esfuerzo se haga latente en mí. No puedo volver a caer cuando la vida te entrega la confianza nuevamente, cuando la entrega gratis. Mi discurso no se puede volver en mi contra como lo ha sido durante veintitres años. Ya no hay tiempo para pretender construir a base de alguien más, si jamás he podido constuir desde mi misma.
Todo fue enfermo, Felipe, porque ambos lo estamos, internamente, en nuestras oscuridades, lo estamos. Fue hermoso en un principio, como buenos adolescentes lo disfrutamos, pero ya no somos adolescentes. Y hoy me lo dijieron sin tapujos... y me duele, porque mi proceso de crecimiento ha sido demasiado conflictivo y hasta en cierta medida traumático. No soy adolescente, y en alguna medida debo acerme cargo, pues ya no se me puede enseñar más de la vida, sino que ahora debo practicar lo que he aprendido... y dejar el error, dejar la dependencia, dejar la estupidez de creerme niña.
Es horrible darse cuenta que la vida se me ha ido en esconderme, en evadirme, en juzgarte, en maldecirte... nunca te pude querer como debía, porque aun no sé querer como se debe. Es gigante la sensación de que se tiene que progresar, que es ahora o nunca. Y agradezco que la vida me entregue sus manos sin mayores juicios para volver a empezar, o para empezar realmente.
Quizás esto no tenga conclusión. Aunque para mí sí. Internamente sí. Debo hacer las cosas bien, se requiere esfuerzo, no debo flaquear. El primer impulso vale, pero debe seguir el trabajo en el tiempo. Tengo a mi familia, aunque con reticencia hacia mí, pero la tengo y me abrazan, una vez más, con la esperanza de que esta vez sí. Solo hay que hacerlo... solo tengo que dejarme llevar con todas las hermosas enseñanzas de mis padres.
Con respecto a tí, Felipe, tengo la esperanza de que si lees esto alguna vez, dejes un testimonio de que tu vida avanza, y espero poder contarte lo mismo de la mía. Te deseo lo mejor, me deseo lo mejor. Ya fuimos jóvenes, hoy estamos algo más viejos... y es lo que nos toca vivir.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario