No te quiero hacer perder el tiempo. Solo es tu cuerpo por mi cuerpo, entero en fuego.
No quiero que pensemos que algo hay. No quiero que sintamos que algo debemos.
Son solo nuestros cuerpos, enteros en fuego, mutilados en orgasmos, sudados de insolencia.
Si algo viene bien de todo esto es el gozoso sentimiento de tenerte a gusto unas horas,
complaciendo tu temperatura, complaciendo mi soledad.
Ni miremos lo que hacemos, solo nos desesperamos en desesperanzas,
guardamos cada uno su experiencia en un baúl que cargamos la vida entera,
pero solo están atados a nuestras ropas, y en el momento de la verdad, es cuando no los llevamos,
y desnudos deshacemos la historia y solo queda ese momento en la oscuridad de nuestras soledades.
Compartamos el gustoso olor de nuestras herejías. Compartamos el suspiro de hallarnos en el absurdo,
absurdo de la bohemia, absurdo del exceso, absurdo de desearte... no es más que eso.
